Agotamiento espiritual
Q’uo, 30 de diciembre de 1990
Pregunta del grupo: La pregunta de esta noche tiene que ver con lo que pueden ser varias etapas en el camino de la búsqueda. Cuando ocurre el primer sentimiento de pasión por un camino, la búsqueda es más activa y luego se enfría. ¿Se debe esto a un paso a través de los centros de energía y a que luego surgen distintos tipos de expresión de esa pasión? ¿Se debe a cansarse y a que se instale la vejez, o se debe quizás a una progresión natural de las etapas de la búsqueda?
Yo soy Q’uo. Los saludo en el amor y en la luz del Único Creador Infinito. En este día desean saber qué es lo que hay en el camino espiritual que crea al comienzo éxtasis, emoción, exaltación y un gran desbordamiento de evangelismo… que no dura. ¿Qué es lo que crea la situación en la cual la pasión, la intensidad y la dedicación pueden muy bien volverse cada vez más atenuadas frente a la experiencia encarnacional mundana y vivida horizontalmente? Podemos decirles que, en efecto, hay algo de exactitud en la sospecha del preguntante de que esto es, en parte, una progresión natural. Sin embargo, el preguntante no lleva esta progresión hasta su culminación. Hablemos sobre esta visión en particular.
Cuando uno descubre, por cualquier medio, información que es tan inspiradora y tan relevante para el crecimiento de esa entidad que capta totalmente su atención, entonces hay emoción, gloria, gozo, optimismo y la fuerza del nuevo conocimiento. Si esto fuese tratado adecuadamente, la pasión, la intensidad y la dedicación que experimentan al comienzo nunca deberían desvanecerse. Pero ustedes, siendo de una ilusión que usa palabras y de naturalezas que anhelan la compañía de la comunicación espiritual, a menudo son incapaces de proteger sus realizaciones con un silencio cuidadoso, cauto y profundamente sentido, con acción de gracias y alabanza por las realizaciones que han sido el regalo al final de largas experiencias de desierto. No hablamos, en este caso, de tiempo, sino de la duración sentida subjetivamente de cualquier experiencia en la que el espíritu pasa hambre de alimento espiritual. Cuando encuentra ese alimento, su apetito es grande, y quiere “alimentar a los cinco mil” con sus panes y peces de inmediato. Sin embargo, aquello que ha nacido en ustedes, aunque se siente más fuerte que cualquier fe o entusiasmo previos, sigue siendo un infante lleno de fe y entusiasmo.
Estos son sus días de lo que llaman la misa de Cristo, en los cuales se arrodillan, fuertes, flexibles y capaces cada uno como es, ante un infante indefenso, mudo y ciego, colocado en el refugio más áspero y animal: el hogar de los animales. Consideremos esto. Esta historia es, en nuestra opinión, un excelente mito, como muchos en sus culturas. Está llena de símbolos que ofrecen al buscador espiritual lecciones que deben ser cuidadosamente consideradas.
Pueden ver la nueva transformación, las nuevas realizaciones, como si fueran el infante en el pesebre: infinitamente bello, infinitamente amoroso y totalmente vulnerable debido a la intensidad del nacimiento de este yo infante dentro de ustedes. Cómo se equivocan con la fe infantil. Echar perlas a los cerdos es la analogía del maestro conocido como Jesús acerca de hablar de las propias lecciones espirituales duramente aprendidas a aquellos que no tienen ninguna inclinación a pedir escuchar esas palabras sabias y compasivas que el espíritu les ha ofrecido en esta realización, simbolizada por el niño indefenso.
¿Qué hace entonces que el estudiante desee en exceso compartir algo que es demasiado delicado, demasiado inmaduro y demasiado indefenso para ser expuesto al duro invierno del intelecto y el escepticismo? A menudo es el deseo de ayudar. Sin embargo, aunque uno pueda estar trabajando intensamente en abrir el corazón tanto como sea posible, es cierto que muchos lo hacen sin el respeto suficiente y sin dedicar el tiempo necesario a preparar el recipiente de barro que es su vehículo físico y la mente, que es su vehículo mental, para la realización de que, por toda su fuerza y por toda su verdad, estas realizaciones deben esperar a ser testificadas hasta que la entidad que ustedes son dentro de esta ilusión relativista haya despejado el camino, haya allanado los lugares ásperos, haya bajado los lugares altos y haya enderezado su propio sendero hacia el corazón.
El conocido como Juan el Bautista dijo: “Enderezad en el desierto un camino para Dios con nosotros”. Enderezad en vuestros corazones el camino para YO SOY. ¿Cómo se endereza este camino? En gran medida llegando a un acuerdo con sus tres llamadas energías inferiores, aunque nosotros quizá las llamaríamos fundamentales, por las cuales toda la luz viviente debe pasar para fluir hacia el corazón y darle el poder, la fuerza y la estabilidad que necesita para poder sanar, o comunicar, discernir sabiduría, discernir espíritus, o cualquier otro don del corazón abierto, todos los cuales tienen que ver con amar al Creador y a la humanidad. ¿Cómo pueden hacerlo si el corazón está abierto pero la energía que entra en él debe pasar por una abertura demasiado pequeña porque no han llegado a un acuerdo consigo mismos; no se han aceptado; no han aceptado sus relaciones? No han aceptado la primacía del amor, del amor incondicional, por encima de cualquier preferencia personal.
Tal vez no han realizado el trabajo del perdón, o del auto-perdón, de la aceptación, o más probablemente, de la autoaceptación. En la vida de este instrumento, por ejemplo, este instrumento lucha por agradarle a una entidad cercana a ella, la cual eligió precisamente por la razón de que de ninguna manera podría agradarle. ¿Cuál era la lección? Amar. No agradar, no preferir, no anhelar intelectualmente, sino amar, simplemente eso. En la vida de cada entidad hay cosas que no pueden agradar, pero que, mediante la gracia de un Creador Infinito que es Amor, pueden ser amadas, y en el amarlas flota una oración continua como el sonido de una campana que resuena a través del espacio, el tiempo y la eternidad.
Así que, por encima de todo, desean no hacer publicidad sino proteger a este niño, mientras ustedes, en la medida de su capacidad, enmiendan y mejoran las energías básicas de un vehículo físico débil y finito, con energías finitas, cantidades finitas de tiempo y espacio en las que realizar la obra de una encarnación completa, y hacerlo con rapidez, pues en verdad, un siglo de su tiempo es demasiado corto incluso para que logren la primera madurez verdadera.
Así que conózcanse como adolescentes perpetuos, rebeldes perpetuos, pródigos perpetuos, lejos del hogar, confundidos, pobres de corazón, hasta que sean capaces de darse cuenta de la riqueza que yace dentro de este recipiente de tierra, este noble recipiente terrenal que los lleva a través de una encarnación con su mayor devoción y cuidado.
Si sus disputas son consigo mismos, que no sea porque están enfermos, o son pobres, o infelices, o no realizados. Estas son situaciones extremadamente productivas para el crecimiento espiritual y no pueden ser juzgadas dentro de su ilusión por su verdadero valor. Es cuestión de fe no rebelarse contra las restricciones que abren el corazón y limpian las emociones más básicas de amor por uno mismo, por la vida misma, por las relaciones que tienen con las entidades y con los grupos sociales. Antes de que se pronuncie una sola palabra, la dedicación a la limpieza diaria de estos centros de energía necesita estar completa, pues es en la perseverancia, en la paciencia y en un deseo inquebrantable de realizar la verdad que hemos escuchado donde las entidades de todas las densidades pueden avanzar en la evolución en el sentido espiritual.
Llegará un tiempo en que ya no estarán obstaculizados por evidentes intrusiones de subactivación, sobreactivación u otros tipos de bloqueos que impidan que la luz se mueva hacia el corazón. Pero si esos obstáculos que pueden sentir los atrapan, como un pez es enganchado, por sus propias tentaciones y autoengrandecimientos, pueden sentirse listos para hablar, pero descubrirán que, una vez que ganen mayor madurez, relativamente hablando, se sorprenderán al darse cuenta de que ya no son evangelistas. Ese fervor ansioso, ese gran poder carismático del yo y todas esas cosas que convierten a una entidad en un excelente evangelista han sido vistas por el joven espiritual en maduración como carentes de verdadero valor, pues el niño que madura espiritualmente ha comenzado a aprender que solo puede trabajar sobre sí mismo y ser un testigo para las naciones en sí y por sí mismo.
¿Cómo entonces debe un ser que ha encontrado una verdad personal, un camino personal de lo mundano a la eternidad, expresarse respecto a otras personas? Dos cosas especialmente deben mantenerse en mente. En primer lugar, el testimonio más importante que un ser puede ofrecer del Único Creador en gloria, en paz y en gozo, es la manifestación del yo con el aliento consciente del yo en un testimonio no hablado y no artificioso. Esperamos que aquellos que han alcanzado este grado de madurez hayan escogido un camino y sean capaces de hablar de ese camino. Pero el primer don que uno puede dar es la presencia, simplemente practicar la presencia del Creador dentro del yo, y permitir que la práctica de esa presencia brille de tal manera que los de cualquier índole puedan sentir esa paz que no es del mundo, ese gozo que el mundo conoce solo como felicidad, la sombra más pálida del gozo, de un amor indescriptible pero claramente observable entre aquellos que mirarían el rostro de quien verdaderamente ama. Este es su mayor testimonio; es su mayor ayuda para sus seres queridos y para su planeta en su conjunto, pues el propio planeta responde a la autoaceptación, al autoperdón y al amor incondicional. Estas son vibraciones metafísicas tan fuertes en la reparación de la Tierra como lo es la presión de las placas tectónicas en la necesidad de ajuste de la Tierra de forma catastrófica.
Los testimonios secundarios son simplemente aquellos que responden a preguntas que han sido formuladas. Cuando hay una solicitud, hay una apertura, un terreno espiritual ablandado, y en este terreno conviene que den testimonio en la medida de su capacidad como un ser realizado, como un usuario del lenguaje y como alguien sensible a las alergias a las palabras, si se nos permite expresarlo de esa manera, que puedan tener los seres a quienes desean dar testimonio.
¿Por qué entonces un nuevo camino parece volverse viejo? Parece obvio que la novedad es un gran distorsionador de la percepción. Sin embargo, incluso las verdades más grandes, incluso las realizaciones más sublimes, deben enfrentarse día a día precisamente a aquellas condiciones de la encarnación diseñadas para poner a prueba la conciencia espiritual personal del ser que está trabajando conscientemente en adquirir masa espiritual o polaridad. No se atrevan a buscar tener fe a menos que deseen tener una vida incómoda. Pues así como el Creador se manifiesta en el viento y el fuego del espíritu, siempre en movimiento, siempre cambiante, siempre impredecible, así también el espíritu se manifiesta en la vida de cada ser. Si no están siempre abiertos a aquello que el espíritu tiene para ofrecer solo en este día, entonces están trabajando con información que ha quedado obsoleta, y si no intentan actuar como han aprendido que es la manera correcta de actuar, no pueden esperar avanzar ni dar testimonio hasta que entren dentro de sí mismos y revisen aquello que han aprendido. Pues no hay nada a medias en el amor.
Comenzar de nuevo, comenzar de nuevo, comenzar de nuevo; ¡cómo se rebela el espíritu humano! Sin embargo, dentro del momento presente solo hay comienzo, y no hay nada más que el momento presente en cualquier consideración espiritual. Así pues, miren al amor y a la aceptación del poder superior al que pueden llamar como deseen. Miren a su relación con ese Amor que los creó. Permitan dentro de ustedes el nacimiento, en el pesebre de su corazón, de su propio ser espiritual, su verdadera y perecedera no, imperishable, conciencia. Guárdenla, tal como la historia habla de la madre y el padre de este infante que huyeron para proteger a su hijo. Protejan a este niño con igual amor y con el mismo sentido de honor.
Las nuevas realizaciones nacen en la profunda oscuridad de lo que parece un invierno de descontento. Son alimentadas por la fe y fortalecidas por la voluntad de perseverar aunque el camino delante sea incierto. Avancen por ese camino según sean guiados. Cuando han sido fieles y han alcanzado una estabilidad que no espera recompensas por esa fe, sino únicamente el gozo y la paz de vivir en fe, entonces habrá delante de sus ojos el uso correcto de su tiempo que se les ofrece. Pueden atravesar el verano de esta maravillosa experiencia de la realización que ha sido nutrida, protegida y que finalmente ha encontrado el sol y ha crecido para florecer. Sin embargo, el ciclo aún no está completo, pues así como las flores se marchitan y como los árboles de naturaleza caduca pierden sus hojas, así la caída de cada ciclo de comprensión traerá consigo sus propias tentaciones de moverse en direcciones falsas. Eventualmente, hayan aprendido o no de este florecimiento del yo, llega el tiempo de la cosecha. La cosecha de esa realización es recogida, y otro invierno de descontento sigue.
El ciclo gira, y en la medida en que una vida en fe haya sido preservada en el individuo a través de las dificultades previsibles, en esa misma medida la siguiente realización puede ser más útil que la primera, creando así un nuevo yo espiritual, con nuevas realizaciones, que luego debe pasar por la primavera de nutrición y protección, el verano de manifestación, belleza, paz y las palabras de libertad, fe y sanación, y nuevamente, la cosecha se completará. Y el espíritu imperecedero que ustedes son, voluntaria y gozosamente, de manera subconsciente, se mueve hacia el siguiente infante espiritual y el tiempo de florecimiento.
Una última cosa que diríamos antes de dejar este instrumento es que nunca menosprecien ni critiquen al yo por carecer de la fuerza para enfrentar una situación como desearían. Pues la voluntad y la fe del espíritu se expresan en primer lugar en los frutos de la intención, y solo cuando el espíritu se fortalece al intentar mostrar amor en circunstancias difíciles, llega a estar lo suficientemente lleno de fe como para manifestar la infinita belleza de la intención espiritual. Permítanse seguir siendo principiantes. Permítanse permanecer enamorados y protejan esa pasión de un mundo que aparentemente no tiene pasión positiva, salvo en casos aislados en esta época. Resguarden esa luz hasta que pueda crecer a través de ustedes sin destruirlos, pues en verdad es una vibrración demasiado grande para la conciencia de tercera densidad. Sin embargo, ustedes que son potencialmente cosechables, también tienen la capacidad de sostener luz y amor en manifestación que no puede ser ofrecida a aquellos que no han trabajado hacia la graduación de esta densidad. Nunca desanimen al yo ni a otros en sentido espiritual. Apoyen a todos los yos, y hablen con su presencia esas perlas que tan profundamente encendieron y llenaron de gozo sus corazones abiertos, y cuando se les solicite, hablen también con un testimonio verbal. De esta manera nunca perderán la novedad del momento presente, pues ¿acaso hay algún momento presente igual a otro, y sin embargo no son todos el mismo momento presente?
Les agradecemos por esta oportunidad de hablar a través de este instrumento sobre esta cuestión tan interesante, y damos las gracias al que preguntó. Que todos los que lean o escuchen sean bendecidos. Somos quienes pertenecemos al principio de Q’uo. Dejamos este instrumento en amor y en luz. Adonai.