Confederación

La Puerta

Hatonn, 20 de marzo de 1983

Mostramos a este instrumento la imagen de una puerta, una puerta de acero con una manija de acero. Las paredes alrededor de la puerta están vacías y no hay designación para este lugar. Este es un portal. Y, sin embargo, está impresa en el corazón de quienes enfrentan esta puerta una frase tomada de una de sus obras sagradas: “Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros.” Ustedes, que están de pie ante esta puerta, no solo son capaces, sino que también están activa y continuamente observando su supuesta preparación espiritual para atravesar esta puerta. Y al ver aquellas cosas en su existencia que pueden parecerles de una naturaleza sencilla, de una naturaleza sin problemas, pueden pensar para sí mismos: “No gastaré mi tiempo pensando y analizando estas partes de mi experiencia de vida, porque entonces, quizá, me perdería el pensamiento y la contemplación que deben hacerse respecto a esas otras partes de mi vida que no son simples ni fáciles.”

No existe un único barómetro que indique que una experiencia es espiritualmente neutral, que ha sido manejada bien o que necesita ser examinada. Sin embargo, con seguridad les diremos esto: cada uno de ustedes tiene muchas, muchísimas partes de la vida que, en su propia estimación, necesitan trabajo. Y en su propia estimación, quizá sienten que el tiempo que tienen para la meditación y la contemplación debería dedicarse a esas áreas. Es como si siempre llegaran diez minutos tarde a una cita que nunca deja de correr con su vida. Están eternamente retrasados; siempre intentando ponerse al día. Lo que pertenece al espíritu no es ordenado ni pulcro, y a menos que sean profetas, no encontrarán orden en su búsqueda del amor y la luz del Creador. En la profecía hay orden. En el amor hay confusión divina, y venimos a ustedes como mensajeros del amor. Les pedimos, mis amigos, que miren con el mayor cuidado los momentos apacibles, tranquilos y serenos que componen su vida diaria. Hay tanto trabajo fructífero por realizar en este examen como en la constante repetición de su penitencia por llegar diez minutos tarde a su cita con la vida.

¿Creen ustedes que el amor lleva un reloj de pulsera, mis amigos? ¿Piensan que podrían perderse una parte de una cita, una parte de un ritual diseñado para ofrecerles su derecho de nacimiento? No, eso no es posible. Ustedes emprendieron un viaje a una tierra muy lejana y tomaron sobre sí un cuerpo químico pesado. Y como si este cuerpo fuera un barco, se embarcaron en una maravillosa odisea: navegaron, cantaron, observaron las estrellas, tomaron sus coordenadas y dirigieron su rumbo hacia donde desearon ir. Y así lo hacen ahora.

¿Han amado como el Creador los ama a ustedes? ¿Han atesorado la alegría de quienes los rodean? ¿Han cuidado de aquellos que aún no conocen su propia identidad divina? Tomen su barco y dejen que el timón vibre bajo su mano. Dejen que el aparejo cante con los sonidos de los vientos cristalinos de la creación. No hay necesidad de aceptar aquellas cosas que son dolorosas sin equilibrio. Y ciertamente existe la misma necesidad de examinar la buena fortuna. Hasta que su experiencia cante con alegría, aún queda más por hacer.

Ahora, mis amigos, hablamos en términos muy generales y no hemos intentado referirnos a los asuntos de cada entidad consigo misma o de las entidades dentro de las familias. Estos son temas aparte, y las preguntas que surgen al examinar estas cuestiones mucho más personales de la gran nave, la ilusión, tienen que ver con la intensidad y la rapidez de reacción frente a las experiencias que ocurren. Es mucho más fácil trabajar espiritualmente con un conocido que con una pareja, y sin embargo, el trabajo más profundo se realiza con las parejas y los amigos con quienes se mantiene un pacto de perfecta honestidad y perfecto amor, de modo que no haya mentiras, sean buenas o desafortunadas, ni halagos ni evasivas. Esto es mucho más difícil.

Cuando llegas a ti mismo, encuentras el trabajo más personal de todos y el que requiere la más perfecta honestidad. Es difícil ser responsable de tus pensamientos y, sin embargo, si son infelices, dentro de tu ser deberás equilibrarlos. Y si son satisfechos, dentro de tu ser deberás mirar más allá de esos velos de satisfacción para encontrar vida y alegría, y a veces también aquello que es descontento y que ha sido ignorado, como si algún invitado rezagado en una fiesta hubiera olvidado irse a casa.

En ciertos aspectos eres muchas personas, y te encuentras ante una puerta. Hemos descrito esta puerta como de acero. Pues aunque en algunos mensajes la puerta entre lo consciente y lo inconsciente en las raíces de la mente ha sido llamada “velo”, nosotros la llamamos “acero”. No queremos engañarte acerca de la dificultad de lo que intentas hacer. De tu lado de esta puerta vacía y sin rasgos trabajas contigo mismo de manera consciente y con oración. Si tienes la voluntad y la fe de alcanzar en tus sueños y abrir la puerta, podrás ver que aquellas cosas acerca de ti mismo, de tus familias y de toda tu vida, que parecían tan llenas de satisfacción, tenían muchos invitados ocultos. Verás que tus dificultades produjeron mucho oro. Una sola mirada más allá de los dinteles de esa puerta es una ayuda enorme.

Que podamos sugerir cada vez con más fuerza un esfuerzo continuo en la meditación. Y mientras equilibras, equilibra todo, no juzgues nada, y contempla sin rencor, amargura ni prejuicio todo lo que ocurra. Recuerda que eres una criatura de amor. Un gran poder creó el sol, la galaxia, el universo, la conciencia y a ti. Concéntrate en ese punto y avanza con tu mente llena de amor y tu corazón lleno de luz, para que puedas hacer aquellas cosas que están verdaderamente preparadas para ti, y que te regocijes en hacerlas, para que puedas ser aquello que deseas ser, para que puedas sonreír, soñar y reír. Pues, ¿no es tu derecho de nacimiento abarcar toda la creación? ¿Y no es esa creación indescriptiblemente hermosa?

Los dejamos ahora, mis amigos, en el amor y la luz del Creador Infinito. Somos conocidos por ustedes como Hatonn. Naveguen adelante, oh marineros de la vida, y sepan que los vientos están con ustedes, y que hay quienes siempre responderán a su llamado. Adonai, mis amigos. Adonai, vasu.


El Tonto Lleno de Paz

Latwii, 10 de mayo de 1981

La paz de la que hablamos no es la paz de sus pueblos, pues sus pueblos no tienen verdadera paz, sino únicamente distracción y el adormecimiento de los sentidos. A medida que se vuelven capaces de contemplar sus experiencias de manera consciente y amorosa, multiplicando la verdadera paz de su existencia, esa visión atravesará los sentimientos y las preferencias de aquellos que los rodean y que no prefieren la paz verdadera, sino la ilusión. Si buscan la paz, sepan esto: realmente vale lo que se paga por ella, y sin embargo, a veces puede parecer una pérdida.

Descansen, entonces, en su meditación, en la verdadera paz del amor, y cuando encuentren que su comprensión los lleva a actuar de tal manera que los demás a su alrededor perciban una diferencia en sus acciones, comprendan que quienes irradian amor también pueden ser considerados como tontos.

Una gran parte de la paz que es verdadera paz es el servicio a los demás. Momento a momento tienen infinitas oportunidades de contemplar sus situaciones como oportunidades para servir, para sembrar una semilla de calma, de amor, de bondad. Nuevamente, muchas veces pueden ser considerados como tontos, pero, mis amigos, son los tontos de este mundo quienes estarán en gozo. Solo un tonto puede amar sin juzgar. Solo una persona insensata puede desear servir a aquellos que son imposibles de amar, puede orar por aquellos que son poco atractivos y fríos en su miseria. Sean, entonces, tontos, y únanse a la alegre multitud de tales tontos, porque quienes aman siempre serán así. Debe recordarse que esas maneras de juzgar entre sus pueblos son muy diversas. Debe recordarse que es imposible juzgar, pero por la gracia de la luz interior y el amor que están a su disposición, sí es posible amar.


El Camino Estrecho

Hatonn, 27 de febrero de 1983

Todos ustedes salen en busca de la aventura del aprendizaje, y así han salido los hombres en busca de esa gran aventura desde que comenzó la conciencia. El sendero es irresistible y, sin embargo, existen muchos modos por los cuales el buscador puede hacerse más lento. Muy a menudo, los caminos anchos, los más transitados y los más populares, son aquellos que acomodan a las entidades que desean avanzar a un ritmo más pausado. Somos conscientes de que cada uno en este grupo desea acelerar el paso, y por eso queremos hablarles esta noche acerca del valor.

Quizá se les haya sugerido que el final de su búsqueda será el conocimiento y la comprensión, que encontrarán las respuestas que buscan. En verdad, hemos sugerido que encontrarán las respuestas que buscan. Nunca hemos sugerido intencionalmente que hallarán una clave para la comprensión de esas respuestas, solo que son escuchados y que las respuestas están por venir. El camino que es estrecho es un camino cuyo final es la realización de que no saben nada. La razón por la cual este camino es estrecho es que el no saber es incómodo, y continuar por cualquier período de tiempo en un camino que promete un mayor desconocimiento como fruto de su desconocimiento presente simplemente no es un sendero muy apetecible y, por lo tanto, no es muy transitado por sus pueblos.

Pero les pedimos que miren a su alrededor, mis amigos. ¿Qué comprenden? Habiendo considerado lo que puedan comprender, les pedimos que evalúen su importancia en su búsqueda espiritual. ¿Buscan saber quiénes son? Muy bien, esta es una búsqueda noble y grandiosa, pues contiene toda la creación en su profundidad y amplitud, ya que ustedes y la creación son uno. Busquen saber quiénes son. Pero si buscan con integridad descubrirán que sus respuestas no los dejan satisfechos. Nunca llegan a saber del todo. Se requiere de un gran valor para avanzar mucho en el camino en el cual descubren los sentimientos, el carácter y los frutos de quiénes son, y aún así ser capaces de enfrentar el misterio último de su identidad. Quienes carecen de valor se aferrarán a una respuesta, y esa respuesta los impedirá cambiar, o al menos cambiar con rapidez.

¿Cuánto valor pueden aportar a su búsqueda? El amor siempre, y en todo momento, se manifiesta claramente a quienes buscan, y ese amor es cegador en su poder.

Y saben que está allí, y buscan más de ello. ¿Tienen el valor de aceptar su desconocido consciente? Seguramente han pasado suficientes horas en la desesperación porque sus acciones no fueron más que una sombra de lo que saben, como dicen. Piensan: “Mi voluntad es fuerte y mi corazón será liviano, y enfrentaré todos los obstáculos con amor, ese amor que conozco, ese amor que siento, ese amor que busco.” Y, sin embargo, estas cosas no siempre las hacen. No saben. Es la búsqueda continua, equilibrada entre la seriedad y la alegría, fresca cada día, la que acelera su ritmo y los conduce por un camino cada vez más estrecho. Y esto es bueno. Porque es el camino estrecho, el camino del valor, el camino de la intrepidez ante el no saber, el que les concederá cada vez más una sensación de poder acceder a los recursos de su Yo Superior, de su yo más profundo, de su yo interior, de la conciencia Crística, y manifestar la verdadera alegría de la fe y de la voluntad.

A menudo se ha señalado que la justicia es ciega entre sus pueblos. Nosotros añadiríamos: también lo son el amor y la búsqueda. No permitan que la opacidad de sus imágenes reflejadas los desanime por mucho tiempo. No permitan que su propia falta de manifestación los desanime por mucho tiempo. No permitan que ningún error, como puedan considerarlo, los desanime por mucho tiempo, pues esta creación es del Creador. Ustedes viven en una creación de amor y en una ilusión de misterio. Vean lo suficiente como para encontrar el amor y tengan el valor de liberarse de la responsabilidad del conocimiento certero. Aquellos que están seguros acerca de la filosofía y de esas cosas de la evolución espiritual simplemente se han colocado en un camino más lento, en el cual serán llevados sobre los hombros de sus camaradas, recibirán más aliento, se les ofrecerán frecuentes descansos y serán sostenidos por muchas comodidades.

¡Valor, mis amigos! Ustedes, que lo poseen, heredarán un gran misterio del ser como ninguno que busque conocimiento certero puede hacerlo. Ustedes buscan el viento. Es invisible; es infinito; y vendrá e irá cuando lo desee. ¿Acaso sugieren que podrán conocerlo, medirlo y ponerlo entre las páginas de un libro? ¿O buscan, más bien, serlo? Levanten sus alas y elévense en el amor y la luz que son suyos para buscar, suyos para tomar y suyos para manifestar en gloria.


Problemas y Tesoros

Latwii, 27 de marzo de 1983

Cuando se encuentren enfrentando las confusiones, las frustraciones, las iras, las dudas y la disensión con aquellos por quienes sienten amor en lo más profundo de su ser, sepan que en cada oportunidad yace el amor. Sepan que la dificultad de la prueba para encontrar el amor desarrolla la fortaleza para hallarlo. Mientras estén en medio de aquellas lecciones que ustedes mismos programaron para aprender, con frecuencia se sentirán bastante impotentes y desesperanzados. En esos momentos es útil recordar que su vida es completa y perfecta tal como es, que en ese instante experimentan la ilusión de la dificultad con el mismo propósito de encontrar la plenitud, el equilibrio y el amor dentro de su ser y del ser de cada entidad a su alrededor. No se desanimen cuando la lección sea difícil, sino encuentren el corazón del amor en el corazón de su ser a través de la fe y la voluntad de continuar. El Creador les ha dado cada experiencia como un tesoro, y a través de cada experiencia se acercan más en unidad a ese Creador.